El pueblo venció el miedo

El pueblo venció el miedo

By | 2018-04-13T03:30:36-04:00 May 5th, 2017|Columnas|

Publicado en El Nuevo Día

Andrés Lloret Gutiérrez, Presidente FCT

Cuando la propaganda oficialista del Gobierno incita al miedo y a evitar que la gente se exprese, el hecho de que miles de personas acudan a un evento masivo, que las autopistas y avenidas vacías reflejen que se acogió el llamamiento al paro general, que la gente hiciera manifestaciones pacíficas fuera del área metro y que se desbordaran de mensajes las redes sociales, es todo un logro como pueblo.

La marcha y concentración “Pa’ la calle: el 1ro. de mayo” y el paro general, no solo constituyen la manifestación multitudinaria más grande en varias décadas. Además, superó, por mucho, las convocatorias de los partidos políticos a sus eventos. Ese Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras lo conmemoramos no solo los sindicatos, sino un movimiento amplio de pueblo que fue extraordinario porque reunió a todas las voces de la sociedad a expresar su genuina preocupación por el camino que el gobierno y la Junta de Control Fiscal llevan a Puerto Rico.

Fue una expresión auténtica en la que el pueblo expresó su inconformidad con las políticas que exigen que sean los trabajadores y trabajadoras, los pensionados, los desposeídos los que tengan que seguir llevando la carga de esta crisis.  Fue un poderoso mensaje de defensa a la educación en nuestra universidad, a la que se pretende destruir por motivaciones políticas y de intereses privados, recortando su presupuesto de manera inaudita.

Somos conscientes de que es necesario hacer ajustes. El pueblo lleva ya más de una década asumiendo y pagando cada nuevo impuesto, los aumentos tarifarios y los recortes de servicios. También, el movimiento trabajador lleva ya años cediendo millones de dólares de los convenios colectivos. Seguimos abiertos al diálogo para buscar soluciones. Pero, no se puede admitir que el sacrificio sea solo de un lado. Mientras, se exige tanto al pueblo, se siguen concediendo contratos irrazonables, se sigue beneficiando a los amigos de la campaña, se dan exenciones y privilegios a diestra y siniestra. Tampoco podemos ignorar las advertencias de economistas en Puerto Rico y en el exterior, que han dicho hasta el cansancio que esa no es la ruta adecuada. No podemos aceptar la insistencia en no auditar la deuda y la falta de transparencia.

Intentar responsabilizar y criminalizar a los sindicatos por métodos de lucha que escogen otras personas no es justo, es una pretensión irrazonable. ¿Alguien en su sano juicio cree que un líder obrero pudo detener lo que no se atrevió a hacer la Policía con todo su poderío y fuerza?  La respuesta debe ser una reflexión seria. El Gobierno—valiéndose de la propaganda y la mentira—intentó capitalizar por esos sucesos, para restarle méritos a la denuncia del pueblo. El problema que tiene el Gobierno y la junta es que, pese a ello, persiste la molestia general de los puertorriqueños por el camino que nos llevan. No nos quedaremos callados ante la injusticia. La libertad de expresión no se ha abolido, sigue siendoun derecho humano fundamental que ejerceremos.